jueves, 11 de julio de 2013

JUAN ENRIQUE PIEDRABUENA RUIZ TAGLE/ COMO NO HABER APRENDIDO CUECA



Cómo no haber aprendido la cueca,
ahora lo lamento.

Eran los torbellinos que me ceñían,
aquellos de las cadencias andinas.

Se me escapa la pampa del Tamarugal,
como he vivido tanto silencio,
galope sostenido, lento.

Cómo no haber aprendido la cueca,
ahora lo lamento.

Miles de partículas de estrellas,
la Cruz del Sur
se incrustan en mi cerebro.

Dejé a un lado la cordillera,
me perdí entre los mares lejanos,
me exiliaron de lo que más quería.

Dejé de comer la marraqueta cotidiana,
vagué por las pensiones,
tirité de angustia entre los humos de la urbe.

Mi ciudad se esfuma
entre vitrinas resplandecientes,
eterna lluvia sobre las fonolas,
mochila al hombro
me pierdo en mi conciencia
como un cigarrillo consumiéndose entre las sombras.

Lamento no haberme fundido más en el abrazo,
la vida pasa tan rápido,
cuánto quise aprender de mi patria.

Como será la alfarería cotidiana,
el resplandor de las uvas en las parras,
el traqueteo de la micro,
la ciudad impregnada de esmog,
la cordillera mustia de Santiago,
el Mapocho obrero,
el caldo de cabeza de la Vega.


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